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Politólogo

El muro de la verguenza

El muro de la verguenza Publicado en el boletin de fin de semana, prensa libre del 16 de julio de 2004

Hace ahora 40 años, el 13 de agosto de 1961, las autoridades soviéticas y de Alemania Oriental decidieron aislar la parte oriental de Berlín para detener el éxodo de ciudadanos hacia Occidente y ordenaron la colocación de las primeras alambradas. La construcción del muro comenzó unos días después, el 18 de agosto. Para entonces, muchos habían huido ya, y muchos otros siguieron intentándolo a pesar de la mole de hormigón. Alrededor de 250 personas pagaron con la vida su "osadía" de pasar "al otro lado". Para Occidente era el «muro de la vergüenza». Para el Este, su barrera contra el fascismo.
Su caída el 9 de noviembre de 1989, 28 años después de su construcción, fue el comienzo del fin de los regímenes comunistas en Europa Oriental.

Pero el muro de Berlín no cayó en un día ni en un otoño, como escribía Gorvachov en su libro «Cómo fue. La reunificación alemana». Y es que el empeño de los berlineses en recuperar su libertad hizo posible que el Telón de Acero que había dividido en dos al mundo pasase a formar parte del pasado.
El 13 de agosto de 1961 comenzaron a levantarse las barreras y a cortarse las comunicaciones entre la parte oriental y la occidental de Alemania. El día 18, más de 40.000 soldados de la República Democrática Alemana (RDA) empezaron a construir el muro propiamente dicho.

El embajador de Israel ante la ONU calificó de "vergonzoso" el respaldo europeo a la resolución contra el cerco defensivo, poniendo en duda las posibilidades de Europa de mediar en el conflicto del Medio Oriente.
Cuando comenzó a ejecutarse la «Operación Rosa», que transformó un caluroso domingo de agosto de 1961 en una jornada tensa y dolorosa, Chris Gueffroy ni siquiera había nacido. Una cruz blanca engarzada en una verja a pocos metros del Parlamento alemán recuerda que el joven Gueffroy murió a los 20 años, muy poco antes de que cayera el llamado en Occidente «Muro de la Vergüenza», y «barrera de protección antifascista», en el bloque oriental.
La «Operación Rosa», gestada por Erich Honecker, secretario del Consejo de Defensa Nacional, respondía a la decisión del presidente Walter Ulbricht de acabar con la sangría humana sufrida por la República Democrática.

Entre julio e inicios de agosto de 1961 se fugaron a Berlín occidental unas 50.000 personas, 4.000 de ellas la víspera de aquel domingo de agosto. A mediados de junio, Ulbricht aseguró que «nadie» pretendía levantar «un Muro». Dos meses después, a las 16.00 horas del 12 de agosto de 1961, daba luz verde a la operación, iniciada pasada la medianoche con el corte del transporte y vías de acceso. Los soldados germano-orientales colocaron alambre de espino en la línea de demarcación entre Berlín Este y Oeste.
Ningún país de la Unión Europea cuestiona el derecho de Israel a defenderse. Todos condenan por igual los atentados terroristas palestinos, que de tanto en tanto cobran numerosas víctimas entre la población civil. Pero de ahí a aceptar la construcción del muro defensivo con que el gobierno israelí pretende incrementar la seguridad hay un largo trecho. Consecuente ha sido pues la actitud de los europeos de apoyar la resolución aprobada por amplia mayoría en la Asamblea General de la ONU en la que se demanda no sólo el cese de la construcción del cerco, sino incluso la demolición de parte de éste.

Una resolución que, en el fondo, no hace más que pedir el cumplimiento del dictamen emitido recientemente por la Corte Internacional de Justicia, en la Haya.

El Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, dijo que Israel debe tener en cuenta el reciente veredicto de la Corte Internacional de Justicia en La Haya, que declaró ilegal la barrera que construye en Cisjordania.
La Asamblea General de la ONU aprobó por mayoría una resolución que exige a Israel cumplir el fallo de la Corte Internacional de Justicia, que recomendó detener la construcción del muro en los territorios palestinos ocupados, reportó Notimex.
La resolución, que no es vinculante, fue aprobada por una abrumadora mayoría de 150 votos a favor, 10 abstenciones y seis en contra, que incluyeron los de Israel, Estados Unidos, Australia, Islas Marshall, Micronesia y Palau.

La votación de la resolución de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), presentada por el grupo de países árabes, se realizó este martes tras ser aplazada dos veces.

El retraso se debió a las negociaciones llevadas a cabo entre la Unión Europea (UE) y los países árabes, que querían asegurarse el voto a favor de los 25 países del bloque comunitario.
Pero a cambio, los europeos introdujeron algunas modificaciones en el texto final para contextualizar la decisión de la Corte de La Haya en el proceso de paz diseñado por el Mapa de Ruta.

En la resolución final aprobada se "exige que Israel, la potencia ocupante, cumpla las obligaciones jurídicas" fijadas por el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, máximo órgano judicial de Naciones Unidas.
La resolución también indica, como concesión hecha a los europeos, que tanto los palestinos como los israelíes deben observar los requisitos marcados por el Mapa de Ruta.

Además, intentar acabar con la violencia, tanto en los actos suicidas como la de los asesinatos extrajudiciales realizados por el Gobierno del primer ministro israelí, Ariel Sharon.
La resolución señala que la Asamblea General deberá volver a reunirse para evaluar su aplicación y pide al secretario general de la ONU, Kofi Annan, que registre los daños y perjuicios causados a todas las personas afectadas por el levantamiento del muro.
Un comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores dice que Israel estaba "particularmente desilusionado con la posición europea, con la predisposición de la Unión Europea a seguir la misma línea que los palestinos... incluso cuando significa comprometer principios básicos de justicia y moralidad".

Los países europeos, sin embargo, defienden el voto.
El canciller británico, Jack Straw, dijo que Israel debe actuar de acuerdo a la ley internacional y que la construcción de una muralla en territorio ocupado es ilegal.
A pesar del enfrentamiento de palabras, según los observadores, las dificultades en las relaciones probablemente no tendrán mayor impacto en el proceso diplomático de la región.
Esto porque, como señaló el corresponsal de la BBC en Medio Oriente, James Reynolds, el papel que juega la UE es bastante limitado: el plan de paz con el que estaba involucrado -la Hoja de Ruta- no ha avanzado desde hace más de 10 meses y no tiene mucho que ver con la iniciativa de Ariel Sharon de un retiro unilateral de la Franja de Gaza.

El ministro palestino Saeb Erekat dijo que "desgraciadamente" Israel no acató la sentencia no vinculante emitida a principios de mes por la Corte Internacional de Justicia de La Haya ni la resolución del martes de la ONU.
Las topadoras y excavadoras continuaron el miércoles las obras en Abu Dis -- un suburbio palestino de Jerusalén -- donde fueron levantados muros de hormigón armado de 8 metros de altura entre las zonas palestinas y Jerusalén, una ciudad de la que depende en gran manera Abu Dis para empleos y servicios.

Por votación de 150-6 y diez abstenciones, la resolución aprobada el martes por la noche refleja la oposición internacional a la barrera de 685 kilómetros, que según Israel necesita para proteger a sus ciudadanos de atentados terroristas.
Los palestinos sostienen que la valla es un mero acaparamiento de tierras para evitar que formen un estado en la Ribera Occidental y la franja de Gaza. En algunas zonas, la barrera ha sido ya terminada -- un cuarto de su trazado -- y ha separado a ciertos palestinos de sus tierras de labranza, escuelas y otras aldeas. Israel dice que lamenta esos inconvenientes pero que los prefiere a perder más vidas de inocentes en ataques terroristas.

Referencias
1. Derrota israelí en la ONU
2. Annan pide a Israel que escuche

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